28 de julio de 2009

El fotografo invisible


Quería poner la alarma del despertador al amanecer de esa tercera noche en Israel con mi grupo de iglesia.
Quería levantarme cuando saliera el sol y tener mis oraciones diarias, como siempre lo hacia en casa.
Quería, en especial, orar mientras salía el sol sobre el mar el mar de Galilea, el mismo mar por el que navego Jesús y tomar una foto.
Puse la cámara sobre la mesa de noche y entonces, di a mis ojos descanso.

Solo un segundo, prometí, y pondré la alarma…

Lo siguiente de lo que fui consiente era que la luz del sol bañaba mi cuarto.
Era por la mañana!!! ¿Cómo permití que ocurriera?!!.

Salte de la cama y mire por el balcón al inmenso sol que se cernía sobre el mar.
Aquella, fue nuestra ultima noche en Galilea. “Nunca volveré a ver el amanecer aquí”, pensé.
El resto del viaje por tierra Santa, transcurrió bien, gaste rollos y rollos fotográficos, pero, en el interior de mi mente me sentía frustrada.
Nunca tomaría la foto que mas quería.
Cuando volví a casa, revele casi 300 fotografías. “una de ellas, era un hermoso amanecer sobre el mar de Galilea”….”Que extraño” –pensé-.
Lo único que imaginaba era que mi compañera de cuarto en el hotel hubiera tomado la foto con mi cámara y quisiera darme una sorpresa.
Cuando nuestro grupo se reunió varias semanas después, le mostré la fotografía.
-Gracias Kitty- le dije.
Ella me miro desconcertada.
-“Yo no tome esa foto”- me dijo.
Pregunte al grupo si alguien había tomado una foto con mi cámara.
Nadie lo había hecho.
Pero, “ALGUIEN” se aseguro, que yo tuviera la fotografía que quería.

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