3 de agosto de 2009

HOY DISFRUTARE DE SU AMOR DEFINIDO‏


“Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa y digan siempre: «Sea exaltado el Señor que ama la paz de su siervo”» Salmo 35:27.

Dios no piensa como nosotros. Sus caminos son diferentes a nuestros caminos. Por eso en nuestro caminar con Él, con frecuencia tendremos que adoptar nuevas definiciones de las palabras con el fin de comprender lo que Él nos está diciendo.
El significado que Dios le da a la palabra amor y el que nosotros le damos son dos cosas muy diferentes. Quizá la mejor manera de completar nuestra comprensión del amor de Dios sea viendo la palabra ágape en el Nuevo Testamento. Dos de nuestras palabras que mejor traducen ágape son “bienvenida” y “honor”.
El amor ágape de Dios nos da la bienvenida y nos quiere cerca de Él. Constantemente nos invita y nos atrae hacia Sí mismo. Más que estar irritado por tener que tolerarnos, Él se deleita teniendo el mayor contacto y la mayor conexión posible con nosotros. Su amor nos da la bienvenida totalmente.
Más allá de eso, Su amor nos confiere honor y valor increíbles.
Aunque Dios no tiene par y nadie en toda la creación se le iguala, Él elige relacionarse con nosotros en términos de respeto; muy parecido a la forma en que un padre interactúa con un hijo adulto.
En otras palabras, Dios no sólo se deleita en nuestra cercanía con Él, sino también en quiénes somos. Tiene un alto concepto de nosotros, y nos valora de acuerdo con el lugar que nos ha dado en el orden de Su creación, como supervisores de la tierra. Él mismo nos corona con “gloria y honor” (Hebreos 2:7).
Tan sólo imagínate. . . Dios nos ama tanto que siempre quiere más de nosotros. Siempre quiere que estemos aún más cerca a Él de lo que estamos. Y nos valora, manteniéndonos en un concepto muy alto.
¡Cuánta diferencia hay entre lo que Dios piensa de nosotros y lo que nosotros pensamos de nosotros mismos! La mayoría de las personas se imaginan que Dios apenas puede soportar verlos, y que para Él son más un problema que una bendición. Tenemos la tendencia a pensar mal de nosotros mismos, y si de alguna manera tuviéramos la oportunidad de escapar de nuestra presencia, lo haríamos.
Nuestro pensamiento natural concluye que debemos ser apenas tolerables a Sus ojos. La verdad es que a sus ojos somos algo “precioso” y dignos de “honor” (Isaías 43:4).
Una de las mejores palabras para describir los sentimientos de Dios hacia ti es
deleite. Él no está renuente a darnos Su amor, sino que está decididamente dispuesto a colmarnos de deleites.
¿Qué disfruta Dios con nosotros y por nosotros?
¿Por qué nos corrige Dios y nos da instrucciones?
¿Por qué te perdona Dios?
¿Por qué ordena tus pasos el Señor?
Por amor…Por eso hoy disfrutaré de su amor definido.
Señor, gracias por amarme de una manera bien definida. Te respondo también hoy con todo mi amor. En el Nombre de Jesús. Amén.
Dr. Daniel A. Brown.
Disfruta tu diario Vivir.

No hay comentarios: