28 de julio de 2009

El que comenzó la obra la terminará..‏


Estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús. (Filipenses 1:6)
La Perfeccionará – Dios no opera por el método “¿Qué has hecho por mí?” ¿No te alegra? ¿Quién de nosotros podría llegar a la medida que Él ha marcado? La santidad está justo más allá de nuestro alcance, no importa cuán alto sea capaz de alcanzar.
Si alguna vez te has sentido como si no existe forma de llegar allí, si alguna vez sentiste que tu catalogo de fracasos aun después de tu conversión simplemente era demasiado, entonces este versículo es para ti. Por si no lo habías comprendido, eso significa que nos aplica a todos nosotros.
Pablo nos dice, noticias maravillosas, Dios no ha terminado aún con nosotros. Dios nunca nos deja. Él garantiza el resultado final, no somos nosotros. Lo que Dios comienza, lo termina.
Anteriormente vimos a Dios como el Padre de la perspectiva final. En otras palabras, en lo referente a los justos ante Él, Dios te trata como si ya estuvieras completo. Él no te ve como tú te ves. Él te ve en el mismo estatus que Yeshua,(Jesús) justo. Esa es la mitad de nuestra realidad. Completos en Cristo. Terminados. Sin nada que agregar.
Pero existe otra mitad. Y la otra mitad no es sobre justificación. Es esa mitad sobre la conformación y la utilidad del carácter. Es la mitad del trabajo en proceso. Empero, y es un empero muy grande, aun no depende de ti. Dios ha comenzado algo en tu vida y Él lo terminará. Él se asegurará que lo que debe cumplirse para la conformación máxima de carácter y utilidad en ti se cumpla.
Él gestionará tu proyecto de vida de tal manera que te confrontarás con esas cosas que Dios desea que completes. La mayoría del tiempo, no serán tareas. Dios no necesita que seas su buen trabajador. Él desea que te conviertas en su hijo devoto. La meta es semejanza de Cristo. Todo lo que hace en tu vida lo hace en pos de esa meta. Lo que haya para hacer en el camino será lindo, pero es el producto secundario de la meta final.
¿Recuerdas cuál es la imagen hebrea del pecado? No dar en el centro del blanco. La ingeniería de Dios está diseñada para moverte al centro del blanco para que todas las bendiciones y beneficios que Él lanza hacia ti te den en el lugar exacto. El Señor te mueve hacia la línea de fuego. Ese es el propósito.
El verbo griego aquí es epiteleo. La raíz es teleo – terminar, completar, perfeccionar. Pablo agrega el intensificador epi. Este es el final maestro. ¡El cierre con punto exclamatorio! ¡¡¡DIOS lo hará!!!
Sabes, hoy necesitaba leer para mí lo que escribo. Necesitaba saber que Dios trabaja para completarme, porque en días como hoy, simplemente no sé cómo puedo hacerlo yo. Ese, evidentemente, es el punto. Pero El puede. Gracias sean al Señor pues él es Dios.
Autor. Dr. Skip Moen
http://www.atgodstable.com

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